Su marca oficial en el lanzamiento de jabalina es de 42 metros, pero los docentes sostienen que alcanza una mayor distancia. Con un brazo fuerte, Caín Arufe contó su experiencia durante la convocatoria para la pre-selección Argentina de Atletismo para Sordos. Detalle no menor, le faltan sólo cuatro metros para romper el récord sudamericano.
Caín Arufe, estudiante de sexto año del Instituto Milenio Villa Allende, fue convocado a la pre-selección Argentina de Atletismo para Sordos a través del CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) a un entrenamiento evaluativo durante el mes de octubre del corriente año.
La invitación fue para realizar un entrenamiento diferenciado en el barrio de Núñez, Buenos Aires, donde se llevó a cabo la primera selección para la Confederación de Sordos. Llegar aquí no fue fácil, pero las marcas logradas en los diferentes torneos organizados por la Escuela de Atletismo Milenio, tuvieron su peso en la selección previa y los entrenadores oficiales, entre ellos, Adrián Argüello, profesor y técnico de la selección, lo convocó para observar sus posibilidades y capacidades.


“Fui a entrenar por primera vez y me comprendieron, me conocía con Adrián Argüello y también fui con otros chicos que me hice amigo. Desayunábamos e íbamos a las canchas a entrenar a full. Estaba feliz”, inauguró Arufe Caín sobre su experiencia durante la concentración que funcionó como un campamento, un espacio de encuentro y de entrenamiento. Durante estas jornadas Caín alcanzó 42 metros en el lanzamiento de jabalina, donde sólo le faltan cuatro metros para superar el récord.
“Estamos esperando, están todas las marcas listas y estamos haciendo seguimiento, y veremos si podemos hacer algunos torneos para revalidar sus marcas o mejorarlas, está a cuatro metros de un récord sudamericano”, expresó Juan Farias sobre las amplias posibilidades de Caín dentro del atletismo.
Marcelo Fleman, Porfesor de Educación Física del IMVA, fue quien descubrió los potenciales de Caín durante las clases. En este sentido contó una breve anécdota: “Él arrancó con saltos, lanzamientos, carreras y en las evaluaciones de quinto año, donde tomé lanzamiento de jabalina, vi una condición distinta a los demás chicos. Indagando descubrí que el padre lo llevaba a pescar y lo hacían con lanza, y una vez que fueron de campamento, demostró tener mucha visión sobre el campo, la vida, los peligros”.

Caín se destaca en lanzamiento de jabalina, una de las especialidades que mayor fuerza y velocidad requieren dentro del atletismo. Por supuesto, como toda práctica deportiva, se requiere de un entrenamiento holístico, pasando por el aprendizaje de técnicas, conducta deportiva, horas de sueño, alimentación, compromiso y valores necesarios para alcanzar el nivel profesional. A este estilo de práctica, los entrenadores de la Escuela Milenio la nombraron “entrenamiento invisible”, para referirse a las diversas medidas que debe incorporar un joven para estas prácticas.
“Hay que estar preparado físicamente, por eso cuando nos llamaron del CENAR, había que prepararlo con mayor intensidad. El año que viene se va a dedicar a full a estas actividades. En esto están de acuerdo los padres, a pesar que él ya se egresa del colegio puede y debe seguir entrenando. Tienen todas las condiciones, no sólo se nota en las clases de Educación Física, y no sólo hace falta tener coordinación y ganas sino también otras cosas”, indicó Fleman sobre la real expectativa.
“Aprendo con más ganas ahora, primero aprendí a cazar, con una caña o con orquilleta donde tenía que usar mucha fuerza y el tiro era más bajo ahora, con la jabalina, el tiro es más alto, y hay que acostumbrarse”.
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