Hacia la presencialidad plena

Estudiantes de sexto año del Nivel Secundario IMVA inauguraron la primera semana de presencialidad plena. El tan esperado regreso fue alcanzado gracias al trabajo en equipo de autoridades educativas y sanitarias. Tras de sí, el retorno a las aulas estuvo cargado de emociones y grandes expectativas, como si este día fuera el primero de muchos.


Recientemente, las aulas del IMVA se renovaron con el regreso presencial de los y las estudiantes de sexto año del Nivel Secundario. Esta vuelta parcial a la normalidad contó con un inmenso trabajo previo que facilitó el retorno a los espacios educativos mediante la aplicación de protocolos y criterios sanitarios necesarios para seguir cuidándonos entre todos.

Desde la dirección del Nivel Secundario aseguran que la decisión involucró tres factores determinantes para lograr la “presencialidad continua”. Desde el cumplimiento de un regreso cuidado y seguro según los lineamientos ministeriales, la capacidad edilicia y espacios disponibles que aseguran el distanciamiento y cumplimiento correcto del protocolo sanitario, hasta la conformación de nuevos equipos docentes organizados en jornadas de cinco horas.

Por supuesto, el regreso a las aulas escolares fue marcado por las y los estudiantes de sexto año del Nivel Secundario ya que las directrices indican que es un curso que cierra el último ciclo educativo obligatorio y no tienen la oportunidad de continuar el año siguiente con posibles aprendizajes pendientes. Volver al aula, se convierte en sinónimo de lo primordial. Para ello, sexto año fue reorganizado en tres burbujas en lugar de las cuatro previas en la bimodalidad.

“No esperábamos la reacción que tuvieron los estudiantes, lo vivieron como un primer día de clases, una mezcla de emoción y tal vez cierta transgresión a la normativa establecida por protocolo, por lo que debimos reforzar algunos aspectos de cuidado y seguridad individual y colectiva, involucrando a las familias en este proceso”, indicó su directora Marisa Allasia.

“Estamos haciendo un gran esfuerzo como escuela para incorporar a la mayor cantidad posible de grupos a la presencialidad continua, por eso debemos estar atentos más que nunca al cumplimiento de medidas sanitarias.”

Para la dirección este momento implica recuperar la esperanza. “Es volver a transitar la escuela que deseamos, y esta escuela es distinta a la que tuvimos hasta marzo de 2020, porque aprendimos de todo lo que nos pasó y valoramos hasta las cosas más cotidianas y sencillas”.

Por su parte, la vicedirectora Jesica Vega subrayó la alegría de este reencuentro entre los y las jóvenes de sexto año. “Para ellos fue muy significativo y lo vivieron de un modo muy especial, como un nuevo comienzo. Los estudiantes extrañaban estar en la escuela, encontrarse diariamente con compañeros y docentes sin la mediación de las pantallas”.

A su vez, el futuro mantiene expectantes a todos. Jesica Vega indica la relevancia de continuar con el cumplimiento de los protocolos, cuidando la salud de todos los integrantes de la comunidad educativa con la meta de seguir incorporando más estudiantes a lo que se conoce como “presencialidad plena”.

“Este paso nos permite pensar que pronto podremos volver a encontrarnos en la escuela, algo que por momentos parecía lejano. Por supuesto, tenemos que incorporar lo que hemos aprendido durante estas nuevas modalidades pero encontrarnos con otros, estar presentes, compartir experiencias en lo cotidiano, cara a cara, resulta sumamente significativo e importante para toda la comunidad”, afirmó Vega.

Hacia fin de año, las expectativas son altas pero al mismo tiempo reales y con un tinte notoriamente distinto a otros momentos . La pandemia llegó y marcó un cambio de 360º para la comunidad y la escuela no fue una excepción.

Allasia indica: “Las expectativas tienen que ver con el deseo de reencontrarnos fortalecidos por los obstáculos superados, más humildes por enfrentarnos con la finitud de la vida que muchas veces pende de un hilo, más agradecidos por la presencia del otro, más cuidadosos de todo lo que nos rodea”.

Proyectar la presencialidad en toda la comunidad

Cabe destacar que quinto año también regresará a las aulas con una presencialidad sostenida y lo hará en la última semana de agosto siguiendo el ritmo de sexto. Asimismo, el resto de los cursos deberá continuar con la bimodalidad educativa, alternando la virtualidad y las burbujas presenciales. “Estos cursos complementarán el resto de su carga horaria con clases sincrónicas y remotas a partir de las 14:00 horas y mediante el aula virtual con clases asincrónicas”, detalló Allasia.

Mientras sexto y quinto año regresan a las aulas, los cursos de primer a cuarto año inclusive, asisten a clases sincrónicas remotas, es decir, durante la semana de no presencialidad se suman a estas clases virtuales que permiten reforzar lo aprendido e incluir nuevos aprendizajes. También se están implementando las clases híbridas, un formato de aula extendida que incorpora mediante la virtualidad a estudiantes no presenciales que pueden interactuar y aprender junto a las burbujas presenciales.

La evidencia demuestra que estas nuevas modalidades educativas son el producto de una flexibilidad de docentes, estudiantes e incluso familias. Desde el 2020, el equipo docente IMVA ha profundizado el trabajo colaborativo y colectivo, priorizando saberes y trabajando en la unidad pedagógica 2020-2021.

Sin embargo, el trabajo en equipo con proyectos de magnitud no es algo nuevo en el IMVA. “Hace tiempo que en nuestra escuela desarrollamos estrategias que permitan abordar el aprendizaje basado en proyectos, el estudio de casos, la resolución de situaciones problemáticas, y el desarrollo de diversas capacidades, entre otras”, sostiene Vega y agrega el acompañamiento de preceptores, SOPP y docentes de las tutorías que sostienen las trayectorias escolares y garantizan una educación de calidad.

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