Desde el Servicio de Orientación Psicopedagógica Psicológica (Sopp) de la Fundación Josefina Valli de Risso, brindaron una serie de sugerencias de trabajo para los estudiantes de la institución que atraviesan un periodo distinto y peculiar de aprendizaje. En las mismas, además, se hace hincapié en el cuidado de los vínculos familiares, como fundamentales para acompañar el proceso.
Tras la suspensión de las clases por la pandemia del COVID-19, se pusieron en marcha diversas herramientas para continuar con la curricula académica establecida para los estudiantes de cada nivel. La Fundación Josefina Valli de Risso, actualmente, utiliza las plataformas Mi Escuela Digital y Edmodo, para atravesar la situación que tiene en vilo al planeta entero.
En este marco, el Servicio de Orientación Psicopedagógica Psicológica, brindó sugerencias para ayudar a los estudiantes con la organización de sus tareas en este periodo, obteniendo beneficio en los procesos de aprendizaje y la motivación necesaria, preservando, los vínculos familiares.
La propuesta alude, ante todo, a generar hábitos de estudio en conjunto, responsabilidad y fomentar la autonomía. Para ello, es útil, en primera instancia, buscar un espacio de la casa, para trabajar de la manera más cómoda posible, logrando una atención enfocada y necesaria en el desempeño de las actividades.
De igual manera, es recomendable estipular tiempos diarios, de trabajo pedagógico. Es importante no exceder los 40 minutos, descansar y luego retomar acorde a las posibilidades particulares, potenciando la atención, evitando el cansancio y las frustraciones. Tomar esta determinación, deriva en el logro de un ritmo de trabajo, pedagógico y eficiente.
Se sugiere armar un cuadro organizador de sus tareas, desplegando la creatividad a lo largo de la hoja, para decorarlo y, posteriormente, colgarlo en algún espacio donde quede visible de manera permanente. Otra opción, por supuesto, es tenerlo a mano en alguna mesa o digitalmente. Adjuntamos modelo.
Juntos, es mejor
Esta etapa es un desafío para los estudiantes, quienes suelen estar acostumbrados a una disponibilidad absoluta de docentes y familias para despejar sus consultas, entre otras solicitudes. No obstante, en estos tiempos que corren, es importante potenciar la capacidad de resolución, aprovechando las circunstancias.
El papel de los padres es importante, ayudando a comprender consignas, haciendo lecturas, focalizando en las dudas que se puedan responder de manera conjunta, arribando a una interpretación óptima y eficaz. Desde ese lugar, entonces, se recomienda sólo observar o ser reforzador de la labor, no trabajar por los chicos

Por otro lado, no entremos en pánico si percibimos errores, tengamos en cuenta que es importante aprender de ellos. Las actividades están preparadas para el acceso a las mismas por los jóvenes y su esfuerzo cognitivo les permitirá resolverlas, con sus tiempos y a sus formas.
Es importante evitar las sobreexigencias. Las tareas tienen un orden secuencial e ir realizándolas una a una, con la presentación que el docente envió, traerá los resultados esperados. No es útil que terminen en un día todo, debiendo ser considerados el cansancio y la atención.
Además, es rentable alternar los campos disciplinares de mayor exigencia, por otros de mayor creatividad o diferente motivación para el estudiante. La relevancia está en que logre registrar y reconocer las áreas de más gusto o no tanto y las intercale en realización, siempre empezando y terminando los ejercicios de a uno.
En cuanto a la organización y dinámica de estos días que se vienen, es adecuado armar cuadros de lo realizado, teniendo separadas las hojas por áreas, colocando al margen la denominación del campo de estudio y los números de hoja.
No olvidemos que cada estudiante necesitará, acorde a su proceso de aprendizaje en curso, mayor o menor acompañamiento. Lo importante, como adultos, es estar atentos, a sus demandas, brindar los medios para el acceso a materiales y recursos para llevar a cabo la exigido, pero –insistimos- retirarnos, una vez que se comprendió lo que hay que hacer. Luego, volvemos, preguntamos, nos aseguramos que todo vaya como corresponde, fomentando la resolución autónoma.
Entre todos podemos. Juntos es mejor.