En pequeñas proporciones y con grandes coordinaciones diseñadas por profesionales y autoridades, la realidad educativa que dominó a todo el ciclo escolar del 2020 comienza a cambiar con el regreso paulatino a las aulas. El día lunes (09 de agosto) estudiantes de primer grado del Nivel Primario del Instituto Milenio Villa Allende (IMVA) volvían a cruzar las puertas de entrada a las aulas entre la incertidumbre y la alegría de encontrarse en un espacio común de enseñanza y aprendizaje.
Las mismas imágenes demuestran esa transformación sobre las mesas vacías y pretificadas a la serie de aulas con protocolos sanitarios pero ocupadas por niños y niñas.
“Tenemos muchas expectativas, esperamos poder seguir de manera efectiva con todos los protocolos para continuar con la presencialidad de todas las burbujas. Con expectativas porque parece que de a poco todo esto está pasando y vamos hacia el final de esta pandemia”, proyectó en positivo Julieta Loyber, docente del Nivel Primario que integra el equipo de maestras de primer grado junto a Jorgelina Murua, Valeria Gilardi, Cecilia Soler, Gabriela Ceballos y Agostina Herrera.
Mediante el trabajo en equipo se tomó la decisión de coordinar el regreso de las burbujas a la escuela. “Estamos trabajando con los protocolos de manera rigurosa para seguir con los cuidados. Esta primera semana es de prueba piloto y hasta ahora todo está saliendo bien gracias al esfuerzo de todas las seños y de las familias también, que se están almodando a esta nueva experiencia de tener todas las burbujas presenciales en cuatro grados distintos”, detalló Loyber.
El regreso a la presencialidad pudo darse gracias a las características edilicias de la institución. El regreso se da tal como exige la resolución oficial para los establecimientos que pueden garantizar el distanciamiento social y respetar el protocolo en relación al aforo, uso de barbijo, higiene frecuente de manos y ventilación de ambientes. Hoy la escuela es un lugar adecuado para convertirse en un espacio de cuidado que implementa la presencialidad.
Mientras tanto se da la experiencia en paralelo de niños y niñas que pueden continuar con el contenido pedagógico mediante la virtualidad, dando lugar a lo que se conoce como clases híbridas. El término se traduce en la combinación de clases prenciales y virtuales. En este sentido, Agostina Herrera, maestra del Nivel Primario IMVA, acompaña a estudiantes de primer grado desde la virtualidad.
“Recibí la noticia de la presencialidad total de primer grado con muchísima alegría porque sé lo que eso significa para los chicos. Volver a jugar en los recreos, comenzar el día con la canción ‘De ellos aprendí’, compartir meriendas, risas, encontrarse, mirarse, con todo lo que eso implica”, destacó Herrera que acompaña a los y las estudiantes de manera virtual mediante las pizarras electrónicas instaladas en las aulas IMVA.








De esta manera, los y las estudiantes de primer grado IMVA volvieron a las aulas con el protocolo sanitario correspondiente. Las expectativas son altas y también las esperanzas de volver a encontrarnos todos juntos en comunidad junto a las familias.
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