El cuentista, Marcelo Guerrero, visitó el IMVA

  • Por Clara Angeletti. Colaboración: Carlos Romero.

La presentación estuvo destinada al Nivel Secundario, en el Teatro Roberto Risso. Tras el espectáculo, repasó sus inicios, el camino transitado y el surgimiento de un proyecto en conjunto con su pareja, entre otros tópicos.


La pasión del narrador, oriundo de Saldán, emergió cuando presenció una función de quien hoy es un colega. “Era colombiano y me gustó muchísimo lo que hizo, por lo que dije ‘quiero hacer esto’”, recordó Marcelo Guerrero. Sin embargo, reconoció que “el tema de las historias siempre estuvo dando vueltas”, en su interior.

“En la secundaria era el que contaba los chistes, de chiquito disfrutaba mucho leer, hasta me sabía libros de memoria y me acuerdo que tenía ganas de contar cosas”, agregó. Y señaló, además, que en su carrera docente, disfrutaba más dictar clases de lengua y literatura ante otras materias.

AsÍ, mientras corría el año 2015, gestó su primer espectáculo, que vio la luz en Bolivia. “Me invitaron y si bien tenía experiencia en el escenario, porque anteriormente cantaba folclore, tenía un miedo tremendo y me di cuenta del pánico que sentía cuando, estando tras bambalinas, vi que entraba la gente”, rememoró.

Y siguió: “Fue hasta que empezó, porque ahí me propuse disfrutarlo y así fue. Salió muy bien y me pude dar cuenta de lo lindo que es esto, porque la energía de la gente transforma la propia, mediante la interacción”.

Actualmente,  el cuentista formalmente dejó atrás las aulas, para dedicarse de lleno a su vocación. Al respecto, dijo: “En 2016 empecé a dedicarme solo a esto, que es un camino de aprendizajes que no termina nunca y está lleno de desafíos”. No obstante, continúa impartiendo conocimientos, ahora, en torno a su oficio.

Marcelo es parte de “Todo cabe en un jarrito” junto a María Montaldo. Fotografía: Julia Fracchia 6to B.

Se trata de un “espacio de formación” virtual, abierto a quienes quieran incorporar técnicas de narración, análisis de cuentos y herramientas de lecturas, entre otros aspectos. “Hay que saber qué contarle al público, porque no es lo mismo si son adolescentes, niños, adultos o es una instancia familiar”, afirmó. 

En cuanto a los espectadores, señaló también que todos “tienen maravillosas y desventajas o cuestiones que implican un desafío”. En este marco, destacó también las posibilidades de conocer audiencia de diversas partes del mundo, como España, México, Colombia, Chile y otros sitios a donde llegó a través de la narración.

Finalmente, celebró la dupla que constituyó con su “compañera”, María Montaldo, que también es narradora. Juntos llevan a cabo “Todo cabe en un jarrito” y desde el proyecto realizan shows para las infancias y también para adultos. “Es una experiencia muy distinta que permite crear más personajes y para la cual tenemos que conectar mucho”, cerró. 

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